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Aunque siempre que se habla del renacimiento de los Juegos Olímpicos, el hecho se le atribuye a Francia y al Barón de Coubertin que es llamado el padre de los Juegos Olímpicos Modernos, la verdad es que el primer intento se hizo en Grecia, gracias al entusiasmo de un griego llamado Evangelios Zappas, mucho antes de que se pensara hacerlo en Francia. Fue así que en Grecia se efectuaron los primeros Juegos Olímpicos Modernos el 15 de noviembre de 1859, el 15 de noviembre de 1870, el 18 de mayo de 1875 y el 18 de mayo de 1889.
Emocionado con el esplendor de la antigua Grecia y la belleza de los Juegos Olímpicos, Evangelios Zappas, que residía en Rumania, primero contribuyó al proyecto y, después del primer fracaso, a su muerte legó su fortuna entera para el renacimiento de los Juegos Olímpicos en Grecia.
Aunque los juegos que formaron parte de este primer intento no alcanzaron el éxito - debemos recordar que el primero se hizo en 1859, treinta y siete años antes de los primeros Juegos Olímpicos Modernos oficialmente -, formaron un lazo de unión entre el pasado y el futuro.
El Barón Pierre de Coubertin escribió, a principios del siglo XX: “Olimpia y las Olimpiadas son símbolos de una civilización entera, superior a países, ciudades, héroes militares o religiones ancestrales”. Siendo cadete de la Academia Militar de St. Cyr, el noble galo renunció a sus estudios de ciencias políticas y se interesó por la sociología y la educación. Viajó por todo el mundo y quedó impresionado por el interés de los anglosajones (ingleses y estadounidenses) en los deportes. Atraído por los trabajos de exploración en Olimpia, y por los vanos esfuerzos por revivir los Juegos Olímpicos hechos en Grecia por Zappas, y con la creencia de que la competencia deportiva podía producir el entendimiento internacional, se dedicó a la tarea de revivir, él mismo, los Juegos Olímpicos, con la participación de todos los países del Mundo. Contó con el ánimo y la colaboración del sacerdote católico Henri Didon, que sería el inspirador del lema olímpico "Citius, Altius, Fortius" (Más rápido, Más Alto, Más fuerte). Coubertin presentó su proyecto a la Unión Deportiva y Atlética de París, a fines de 1892, después de una cuidadosa labor de relaciones públicas.
El 23 de junio de 1894 se creó el Comité Olímpico Internacional (COI), con sede en Lausana (Suiza), integrado por representantes de doce países:
- Austria-Bohemia (Jiri Guth-Jarkovsky)
- Argentina (José Benjamín Zubiaur)
- Bélgica (Maxime de Bousies)
- Estados Unidos (William Sloane)
- Francia (Ernest F.Callot y Pierre de Coubertin)
- Grecia (Demetrius Vikelas)
- Gran Bretaña (C. Herbert Ampfhill y Charles Herbert)
- Hungría (Ferenc Kemény)
- Italia (Mario Luccesi Palli y Andria Carafa)
- Nueva Zelanda (Leonard A. Cuff)
- Rusia (Alexei General de Boutowsky)
- Suecia (Viktor General Balck).
Demetrius Vikelas, un griego que había figurado en la organización de los primeros intentos por revivir los Juegos Olímpicos, fue el primer presidente del Comité Olímpico Internacional. El sueño de Zappas, y posteriormente de Coubertin, se había hecho realidad.
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