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Los XXI Juegos Olímpicos se celebraron en Montreal, Canadá entre el 17 de julio y el 1 de agosto de 1976. Participaron 6.028 atletas (4.781 hombres y 1.247 mujeres) de 92 países, compitiendo en 21 deportes y 198 especialidades.
Por cuarta vez el continente americano ha sido escogido para hospedar la disputa de unos Juegos Olímpicos, con Montreal como ciudad organizadora. Serán unos Juegos en los que la política jugará un papel importante, con dos hechos que llevaran a la abstención de algunas delegaciones. Por un lado, el hecho de que el gobierno canadiense no reconozca a la China Nacionalista (conocida también como Taiwan, ó Taipeh) como país completamente soberano, y sí, en cambio, le otorgué este reconocimiento a la China Popular, ó Continental, cosa perfectamente comprensible y lógica, cuando se trata de no ignorar, como lo hacían otros gobiernos, un colectivo de casi 1.000 millones de habitantes, es decir, la cuarta parte de la población mundial.
La hasta aquel momento denominada China, con la añadidura de Nacionalista, para distinguirla de la República Popular, hubo de desfilar bajo el cartel de República de Taiwan, después de las protocolarias protestas de sus dirigentes, que de nada sirvieron, y que acabaría siendo el nombre que adoptarían en sucesivas ediciones de los Juegos. Sus homólogos continentales, por el contrario, seguían sin reconocer el movimiento olímpico, al que no se sumarian hasta ocho años más tarde.
El otro asunto, mucho más grave, fue la abstención de veinticuatro países africanos, todos ellos pertenecientes a la denominada “África Negra”, disconforme con la participación de la delegación de Nueva Zelanda, al haber acogido esta por sus tierras una gira del equipo sudafricano de rugby. El hecho de ver como hacían las maletas una serie de deportistas ya ambientados en la Villa Olímpica, hizo pensar en muchos de los deportistas si los Juegos, en aquel momento, no podían quedar cuestionados, y si la política no jugaba un papel excesivamente interesado dentro del movimiento deportivo en general, y del olimpismo en particular. Finalmente, sin embargo, todo pareció arreglarse y, pese a estas ausencias, las pruebas tuvieron un desarrollo normal, lográndose, como siempre, unos resultados excelentes en todos y cada uno de los deportes programados.
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